A día de hoy, en el cual el mundo hostelero sigue cambiando a una alta velocidad, el cambio de look y de nombre han hecho de este lugar un emplazamiento renovado pero que a mi personalmente me decepcionó bastante.
Comenzamos la cena con más de 30 minutos de retraso
algo que no me gusta es la espera en ningún ámbito de la vida, pero si para colmo tengo hambre, la espera es aún si cabe más tediosa.
Una ensalada césar que a priori debería de ser rápida y como entrante, no sólo era de cuarta gama, si no que encima estaba ajada y con hojas más ajadas que hacían que se deshiciera en la ensalada como una pasta desagradable.
Sin vislumbrar por ninguna parte la salsa césar, la ensalada fue un mero espectador de la cena.
Lo acompañaban unos "chupa-chups" a modo de croqueta redonda, de pavo y queso rellenando su interior.
Al intentar cortar, el rebozado no crujía, en parte también porque el fondo del plato estaba bañado en aceite de ajo.
Pero no era eso lo más malo, lo peor, es que el interior era una bola seca de pavo con un queso similar a un tranchete y sin nada de sabor.
Lo único bueno la pizza, a pesar de su base pálida y nada crujiente, el sabor del foie, los boletus y el jamón ibérico hicieron que al menos eso pudiéramos disfrutarlo y alegrar a nuestras papilas gustativas con algo suculento.
Esta vez no llegamos al postre, pero una vitrina en la parte del bar, mostrando las tartas, no incitan a ser degustadas.
Sin prolongar más esta crítica, siempre desde mi punto de vista y para gustos colores, después de varias oídas del pésimo servicio y una no muy buena calidad gastronómica, por mi parte nada más que agregar y un porcentaje casi nulo de repetir en este emplazamiento.
Local: 3
Servicio: 1,5
Comida: 1,5
Valoración:★★☆☆☆ 2
No hay comentarios:
Publicar un comentario