sábado, 19 de noviembre de 2016

El topo: No hace honor al que se encuentra en las afueras de la catedral

Trattoria mirando a la catedral, una de las mejores ubicaciones de la ciudad.
Este pequeño local, que ya ha pasado por varias manos, cambió no hace mucho para convertirse en lo que hoy día se conoce como “El topo”.
Un pequeño bar nada más entrar y a mano derecha una escalinata que nos conduce (al todavía más pequeño si cabe) comedor. Seis mesas pequeñas y la gente pasando a tu lado para ir a los aseos.
Para empezar estaba vacío y teníamos reserva. Nos quisieron poner en la mesa de dos que estaba pegada a la escalera, la cual, si colocabas mal la silla podrías pisar un peldaño o estorbar a la gente. A regañadientes nos cambiaron a la mesa del centro igual de “íntima” que la anterior.
Y a regañadientes fue el resto del servicio.
Tardaron en servirnos y aproveché para ir al aseo a lavarme, pero para mi desgracia no había nada de jabón (algo que no concibo en un lugar en el que aunque sea solamente, den tapas) me parece algo primordial de mirar y revisar al empezar la jornada de un bar o restaurante.
Como decía, llegó el primer plato: Gnocchi con salsa de quesos, un plato contundente, cremoso de salsa bien ligada con la pasta y ésta, bastante correcta.
Como no podía ser de otra forma, había que pedir una pizza, que tanto comenta la gente y es que, cuando paseas por fuera del restaurante el aroma del horno de leña invita a entrar.
Era la pizza que más nos convencía de todas, pero llevaba picante, dijimos que echaran poco o nada; no fue así… apreciabas el sabor, la masa crujiente pero no podías notar todo el conjunto, ya que el picante opacaba el resto de ingredientes.
Pero aun así, quedaba la parte dulce, que más que intentar redondear la noche, la terminó de rematar. “Torrija de León”. Pésima. Tres rebanadas de pan de molde sin corteza, una encima de otra, bañadas en una leche aguada y embalsamadas por un chocolate a la taza insípido que no aportaba nada. En su interior partes secas sin bañar y lo único que se salvaba del plato era el helado de vainilla que acompañaba, por suerte supongo que de compra.
Si sumamos todos los puntos negativos no regresaría, únicamente para probar algunas de las pizzas que es lo que más quiero probar debido a que esta vez no la paladeé como se merecía, aunque con un corto y la tapa podría ser más que suficiente.

Comida: 2
Local: 2
Servicio: 1,5


Valoración: ★☆☆☆☆1,8